"Cambiando El Paradigma"
Actualmente todos los países del mundo están reformando su educación pública. Hay dos razones para esto: la primera es económica, la gente trata de resolver cómo educamos a los niños para que encuentren su lugar en la economía del siglo XXI. La segunda razón es cultural, cada país está tratando de entender cómo educamos a nuestros niños para que tengan un sentido de identidad cultural, y de esa manera pasar nuestros genes culturales a la comunidad mientras se es parte del proceso de globalización. El problema es que tratan de llegar al futuro haciendo lo que hicieron en el pasado, y alienando de esa manera a millones de niños que no le ven el propósito de ir a la escuela. El sistema actual se ha quedado anticuado. Fue creado en la cultura de la Ilustración y en la economía de la Revolución industrial. En la primera mitad del siglo XIX, no existía la educación pública que ahora pagamos a través de impuestos y que es obligatoria y gratuita para todos; este hecho fue algo revolucionario. Algunos decían que no era posible, y que los pobres no iban a aprender.
El sistema se fundamenta en la idea de que la inteligencia está basada en un cierto tipo de habilidad académica que consiste en llevar a cabo un razonamiento deductivo (conocer de los clásicos, etc.); esto ha calado hondo en la educación pública. Esto significa que mucha gente piensa que no son inteligentes porque no cumplen esta visión de inteligencia. La visión de Robinson es que este modelo ha provocado caos en las vidas de la gente, que también ha beneficiado a algunos, pero a la mayoría no.
Tal y como está planteado el sistema de educación actual, el primer interesado es el industrialismo y todo lo que supone. Los colegios están organizados como fábricas: campanas, clases, diferentes asignaturas, grupos por edades. ¿Por qué? ¿Lo más importante que tienen en común es eso? Los niños cambian: misma edad, diferentes asignaturas en diferentes horas del día, mejor grupos pequeños o individuales que grandes. Todo tiene que ver con la conformidad y con la estandarización; deberíamos hacer lo contrario, deberíamos cambiar el paradigma.
Un pensamiento divergente (la habilidad de ver muchas respuestas posibles, pensar de forma literal) no es lo mismo que la creatividad (tener ideas originales que tienen valor). Por ejemplo: ¿cuántos usos tiene un clip? A la gente que tiene un pensamiento divergente se le ocurren cien usos, mientras que a la gente normal solo diez. Se llevaron a cabo pruebas con 1.500 niños de guardería, y obtuvieron un resultado excelente en la prueba de pensamiento divergente: un 98%; no obstante, se volvieron a analizar a los mismos niños 5 años después, y el nivel había disminuido de forma significativa.
Esto muestra que todos tenemos la habilidad de pensar de forma divergente, pero con el tiempo se va deteriorando. Robinson cree que la educación tiene un papel importante en esta en ese deterioro. El sistema está diseñado para pensar que hay una sola respuesta para todo cuando en la realidad no es así. Tenemos que pensar de forma diferente con respecto a la capacidad humana, deshacernos de lo académico o no académico y darnos cuenta de que todas esas divisiones tan solo son mitos. El aprendizaje siempre es mucho mayor en grupos. Colaborar significa crecer.